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Milfred tiene 6 ruedas

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Hace casi 3 meses que salimos de viaje y acabo de darme cuenta de un dato brutal que habría pasado desapercibido para la mayoría de los mortales, pero no para una mente privilegiada como la mía. Milfred tiene 6 ruedas. Las he contado varias veces. Me he puesto a pensar, ¿cómo sería yo con 6 patas? Tendría que levantar 2 para mear, pero quitando ese pequeño hándicap, serían todo ventajas. Sería una especie mejorada de perro. Sería imparable. Hemos recorrido Portugal de norte a sur y estamos dando los últimos coletazos en tierras lusas, a escasos kilómetros de la frontera Española. Las playas del sur tienen el agua más caliente y más calmada pero son menos salvajes. Huelen menos a playa. A veces salimos de excursión en bici y si la distancia es larga yo suelo ir cómodamente en mi calesa como si fuese un emperador romano. "¡Pedalea, esclavo!" pienso en mi interior. Y sonrío con disimulo. Hace años, cuando era algo más inquieto, probamos también un remolque de bici, pero no funci...

Va por tí Charlie

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Estamos ya en el sur de Portugal y el clima me recuerda a verano. En muchos de los pueblos hay perros callejeros a los que Belkor fotografía y Ferrari da de comer. Me caen bien los perros de la calle. Rara vez ladran y son unos especialistas en la comunicación sencilla. Ferrari y Belkor suelen ponerles nombres a aquellos con los que compartimos más tiempo y momentos. Recuerdo a Papadopoulos y Julliette en Grecia dormidos a la puerta de nuestra furgo, y los paseos por la playa que dimos juntos. O Skar, aquel cachorro desgarvado y con poco futuro de Soajo, Portugal, que el año pasado -5 años después- volvimos a ver convertido en el líder de una manada urbana de 10 perros. Este es Skar. Nunca he sido un perro demasiado sociable, quizá por eso mis mejores amigos caninos siempre han sido especímenes dignos de estudio, como Charlie. Charlie era el perro guia que asignaron a un vecino con problemas de visión. Un labrador negro que llegó a nuestro barrio con 3 años tras haber pasado un estrict...

Se podría decir que soy un perro con mundo

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Algo que llamó mi atención sobre nuestra nueva casa con ruedas, en cuanto subí a ella e hicimos los primeros kilómetros, es lo ruidosa que es. Supongo que Milfred no ha tenido una vida sencilla y ha vivido en mil sitios distintos. Sé que nació en Italia. Qué pena que ella no pueda hablar, o al menos escribir como yo. Por suerte, en las últimas semanas me he ido acostumbrando a los ruidos infernales de este cacharro y, a veces, puedo dormir o relajarme mirando el paisaje. Y divagar. Ayer me puse a recordar los sitios que he visitado durante mi dilatada vida. Ahora mismo estoy en Portugal, hace unas semanas en España y hace pocos meses en Holanda. Mi vida ha dado muchas vueltas. A principios de 2014, un joven e inexperto Jack de apenas 3 años se mudaba a Inglaterra junto a sus inseparables, y aún más inexpertos, Ferrari y Belkor. Recuerdo el día que salimos de casa en un Opel Corsa cargado con maletas, bicis y hasta mi chalet independiente. Algún día os hablaré sobre mis aventuras en esa...

Mi hogar en Portugal

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¿Sabes esos días que te despiertas y ya parece que todo está mal? Me refiero a esos que según abres un ojo ya tienes la sensación de haber perdido un partido sin haber ni siquiera jugado. Hoy me duele todo el cuerpo, ayer debí correr y saltar tan alto que lo hice por encima de mis posibilidades. Por si eso no fuera suficiente ayer también cogí garrapatas y me rociaron con todo tipo de líquidos. Noto los ojos vidriosos y mi olfato saturado. Seguro que si hablase hoy lo haría gangoso y con voz de pito. Joder, sería el hazmereir entre los perros callejeros de la zona. Esta semana tocamos ya Portugal. Estamos en el norte. Olores que reconozco pero llevaba tiempo sin sentir. Desde este sitio se ve un río y al otro lado España. Bonito ueblo. Bonito y empedrado pueblo. Odio las calles empedradas. No hay quien ande con estilo. Hoy hay obras en Milfred. La vieja nevera a gas sale finalmente por la fuerza tras una lucha encarnizada durante toda la mañana. Ferrari, con un aire triunfante -excesiv...

Un ferrari rojo

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Hoy estoy en mi playa favorita de todas las playas. Es una playa escondida y con fuerte oleaje que hace que huela a mar de forma más intensa. Tanto es así que puedo dibujar en mi mente los centollos, pulpos y lubinas ahí sumergidos. Creo que es la tercera o cuarta vez que estoy aquí. La primera vez con Milfred y todas ellas con Ferrari y Belkor, lo cuál no es raro ya que Belkor y Ferrari siempre han estado y siempre están. “ Cómo conocí a vuestr …” … a Ferrari. Dicen que el hombre es el mejor amigo del perro, y sin duda eso se cumple con Ferrari. Ferrari no es el más fuerte, ni el más grande, ni mucho menos el más rápido, de hecho cuenta sus duelos contra mí por derrotas, pero sí es el más. A secas. Es ese que quieres tener a tu lado cuando las cosas se ponen feas. Siempre consigue lo que se le pasa por la cabeza, por loco o inútil que sea. Lo mismo cambia el embrague al coche que arregla un perro, que aprende a coser brechas o a destilar canabinoides cuando la situación lo requiere. E...

Arrancamos

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Hace unas pocas semanas comenzamos el viaje. Tras un tiempo buscando, al fin encontramos la nave que nos llevará en esta aventura a la luna. No es la primera que tenemos, pero sí la más grande. Siete metros nada menos. La llamaremos Milfred, la chica de la curva . Milfred es lenta y ruidosa, pero puede con todo. Carga bicis, tablas de surf, una piragua, dos carros para perro, telescopio y hasta una impresora 3D. Para este viaje me asignaron una pequeña cama en la litera inferior, muy cuca, pero insuficiente en mi opinión. De momento he conseguido hacerme con la cama doble en el salón, la más grande y central. A veces oigo rumores de que sólo es temporal mientras me acostumbro a tanto cambio pero, sinceramente, no tengo ninguna intención de volver a esa litera infame nunca. Han sido semanas intensas de reparaciones en la nave: goteras, fugas, fallos varios en los sistemas y, la semana pasada, un problema en carretera. Al parecer el rodamiento de la pata delantera izquierda de Milfr...

14, el número de la suerte

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La suerte siempre me ha sonreído, comenzando por aquella noche lluviosa atado a la verja de una celda. Si entonces me hubieran mostrado todo lo que el destino tenía reservado para mí, no les habría creído. Aventuras, lugares nuevos, amigos en el camino y algún que otro contratiempo. También me he metido en algún marrón. Bueno, en varios marrones. De hecho, no he dejado de hacerlo nunca. Esa ha sido sin duda mi firma. He viajado a varios sitios distintos, incluso algunos han sido hogar.  Pero, sobre todo, he recorrido kilómetros. Muchos kilómetros. En coche, barco, tren... y corriendo. Correr era mi vida y aún lo es. He sido un atleta in cansabl e, libre por la montaña, en la playa persiguiendo gaviotas, tras los gatos por el barrio o junto a la bici. Siempre corriendo. Sin prisa, pero corriendo.  Pero te contaré un secreto. En los últimos años mis patas no responden como antes y últimamente hasta él se ha dado cuenta, aunque ha intentado disimularlo. Primero las carreras se fu...