Se podría decir que soy un perro con mundo

Algo que llamó mi atención sobre nuestra nueva casa con ruedas, en cuanto subí a ella e hicimos los primeros kilómetros, es lo ruidosa que es. Supongo que Milfred no ha tenido una vida sencilla y ha vivido en mil sitios distintos. Sé que nació en Italia. Qué pena que ella no pueda hablar, o al menos escribir como yo. Por suerte, en las últimas semanas me he ido acostumbrando a los ruidos infernales de este cacharro y, a veces, puedo dormir o relajarme mirando el paisaje. Y divagar. Ayer me puse a recordar los sitios que he visitado durante mi dilatada vida. Ahora mismo estoy en Portugal, hace unas semanas en España y hace pocos meses en Holanda. Mi vida ha dado muchas vueltas.



A principios de 2014, un joven e inexperto Jack de apenas 3 años se mudaba a Inglaterra junto a sus inseparables, y aún más inexpertos, Ferrari y Belkor. Recuerdo el día que salimos de casa en un Opel Corsa cargado con maletas, bicis y hasta mi chalet independiente. 


Algún día os hablaré sobre mis aventuras en esa isla.


Tres años más tarde volvíamos a España, a casa, en lo que parecía el movimiento definitivo. Pero no, unos años más tarde, en 2021, la aventura volvió a llamarnos a la puerta y nos mudamos a Holanda, donde vivimos hasta finales de 2024, cuando mi salud nos dio un buen susto.

Además, he visitado otros sitios, algunos muchas veces, casi siempre en furgo. Innumerables rincones en España, Portugal, Escocia, Alemania, Francia, Andorra, Italia y Grecia. Corriendo libre por montes, paseando por pueblos junto a otros perros o echando la siesta en miles de playas.


Y ahora? directamente vivo de viaje y si os digo la verdad, "de viaje" siempre ha sido mi lugar favorito. Esta vez es distinto, no hay fecha de vuelta en el horizonte y nadie nos espera en ningún lado.

Seguimos avanzando en el camino, sin prisa. Nos dirigimos hacia el sur de Portugal y después rumbo a España donde cogeremos un barco. No es por alardear, pero ya he viajado en barco antes. Varias veces. Muchas. También en tren y hasta en la cabina de un camión, escondido como un polizón una vez, conducido por un - casualmente - camionero portugués. Miguel nos recogió en el camino perdidos en algún lugar de Francia y nos acercó hasta la frontera española. 

Sí, se podría decir que soy un perro con mundo.











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